Barcelona se manifiesta en las calles, donde en el nivel suelo muchas gentes diversas celebra esta pequeña ciudad y los beneficios que viene de la proximidad entre cada persona. Cuando vivía en Madrid, no experimenté una relación tan abierta o intima con bastante desconocidos como en Barcelona. Como he visto en el metro, durante un partido de Barça, y en la locura del bar Champagneria, la gente de Barcelona es muy amable, abierto y no sabe nada del concepto de “espacio personal”. Por estos medios la rauxa, la mejor característica que define la locura de la identidad catalana, está diseminado.
Como he dicho en mi previa entrada, este crisol es evidente en los partidos de Barça cuando cada semana muchas gentes que vienen de todo el mundo, llenan cada de las 98.787 sillas de Camp Nou. En todas direcciones las colas y muchedumbres entre el metro y el estadio son locos. Las emociones se convierten en una masa de alegría y orgullo muy tangible. Una vez cuando fui a un partido, en esta turba habían americanos, maruecos, chinos, y gentes de este de Europa todos cantaron las canciones de Barça en catalán. En este caso, la rauxa de esta turba excede todas las ideologías individuales a dentro del grupo.
Otra vez en un tren del metro muy llena de gente a las dos en la mañana, espontáneamente una chica española empezó a cantar una canción de flamenco. Entonces, su amigo en la silla a través de ella empezó a tambor muy rápidamente con sus manos desnudes. A la próxima parada tres chicos ingleses embarcaron el tren y empezaron a jugar sus armónicas juntos con los músicos españoles. Ningunas de estas personas eran pobres ni querían dinero. Fue la rauxa que diseminó por el tren, infectando cada persona.
También esta locura existe en el Champagneria, un bar viejo de cuello azul, que siempre está muy lleno de una variedad de gentes, donde no hay sillas ni mesas ni espacio a sentarse. Es una lucha a moverse por los muchedumbres y tienes que comer de pie con otras personas te empujando. Sin embargo, eso no es una cosa mala. Es una experiencia divertida. La lucha por estar en primera línea, el ruido de los muchedumbres en muchos idiomas diferentes, los recambios sin fin de cava. La proximidad entre gentes a dentro de estos lugares representa el crisol donde la rauxa crece y donde forma una amalgamación de estilos de vida diferentes y ideologías contrarias hasta el punto de locura. Esto es un poco paradójico, pero es Cataluña, es un país a dentro de otro país, es loco, es rauxa.
Es curioso esto que dices de la "rauxa". En realidad, muchos catalanes se quejan que a esta sociedad le falta algo de "locura" y que tenemos demasiado "seny". En general, los españoles utilizan también esta expresión en catalán (ya que no existe en castellano), para definir el carácter catalán. Según los españoles somos serios y muy trabajadores (y avaros). Que vayas de fiesta y encuentres gente divertida no quiere decir que los catalanes sean de forma natural unos alborotados...
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