Antes de llegar en Barcelona, desde la distancia entre los Estados Unidos y España, el conflicto de independencia catalana siempre me parecía una tontería y una pérdida porque Cataluña está a dentro del territorio de España, las gentes españoles y catalanes son físicamente el mismo porque comparten el mismo fenotipo y raza, catolicismo es la religión más predominante, y los dos tienen la capaz a hablar español. Eso son tres de los 5 aspectos de identidad nacional. Yo pensaba que Cataluña no tuviera un buen argumento. No podía entender porque Cataluña quería independencia. Si Cataluña quería definirse por “la lucha civil interminable” como Irlanda y Irlanda de Norte, entonces hay muchos más requisitos. Sin embargo, tras de llegar a Barcelona yo gradualmente comencé a entender Cataluña y su gente más y después de algunas meses recordé un caso histórico muy importante con muchos paralelas a Cataluña: los Estados Unidos.
En el principio los Estados Unidos fue el progenie de Inglaterra, una replicación exacto desde su amor para té hasta su raza y idioma. No obstante, las ideologías se separaron entre Inglaterra, la reliquia monárquica del mundo viejo, y los Estados Unidos, un nuevo experimento en progreso, como resulto de las ideas y influencias de un crisol americano de inmigrantes. Los Estados Unidos empezó como un estado que benefició de su papel en la periferia y con tiempo se convertía en poder global. Tomaría años hasta los Estados Unidos tuviera un completa identidad propia, pero la consecuencia fue democracia y cambiaría el mundo. Las paralelas de los Estados Unidos con Cataluña son impresionantes.
Durante mi experiencia en Madrid, aprendí de una ciudad y una cultura muy vieja basada en tradiciones reales como los de Inglaterra. Mientras que Cataluña en el norteaste de España está abierto a los inmigrantes, influencias y tendencias del mediterráneo y Europa. El conflicto español del siglo IXX, refleja el caso de los Estados Unidos perfectamente. Un poder súper-conservativo con valores antiguos supresa una oposición más progresiva y liberal.
Eso es la verdad. Cataluña siempre ha sido más progresivo del resto de España y este asunto marca el punto de división. Desde la primera manifestación de democracia en la Península Ibérica de Jaume I y su Consell de Cent, que pasó en una reina monárquica, hasta la lucha en contra de corridas de toros hoy, Cataluña siempre ha sido más progresivo y, como resulto mejor, que el resto de España. Incluso la arquitectura de Antoní Gaudí y Lluís Domenech i Monanter y el arte de Salvador Dalí. Cuando vivía en Madrid, nunca vi arte o arquitectura con la habilidad a expresar los valores de una cultura entera como en Barcelona. Hoy España tiene el mejor futbol del mundo, pero el problema para el Rey es que cinco o seis de los mejores jugadores del equipo nacional son Catalanes y ahora, Barça es el mejor club en el mundo.
Cataluña como los Estados Unidos son fuertes y progresivos porque abrazan sus propias diferencias como su identidad incluso cuando esta ideología entra en conflicto con la conformidad del estado centralista. Hay una gran diferencia que existe entre Cataluña y los Estados Unidos. Cuando las colonias salieron de Inglaterra, fue con guerra y violencia y rauxa pura, sino con Cataluña los catalanes sigue a sufrir porque inherente a su carácter es el concepto de seny, una sensibilidad divina y la única cosa que está previniendo su propia revolución.
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